De Mundaka a Guéthary, por Txomin Dachary

Txomin Dachary es un joven francés de Guéthary, un pueblito entre las localidades francesas de Saint-Jean-de-Luz y Biarritz, bombero voluntario y entrenador de salvamento, nadador desde edades tempranas y apasionado de los deportes al aire libre. Poco después de integrar la brigada, un compañero sufre un accidente que lo deja tetrapléjico, la relación entre ambos es muy cercana, lo que le lleva a prometer que nadará desde su casa a la suya propia, un desafío previsto en 7 horas y que consigue realizar en 3h45 de nado libre. 

 

 

A menudo, las experiencias que nos desafían emocionalmente, revelan en nuestro interior las fortalezas con las que seguiremos construyendo nuestro futuro. Después de la travesía, crece el deseo de desafiar sus propios límites y de nadar durante mucho más tiempo, de poner a prueba su cuerpo, sus capacidades físicas y mentales. Txomin encuentra en la natación en aguas abiertas una forma de expresarse y de exprimirse. A través de la adaptación al medio y  de la necesidad de superarse, continúa la constante búsqueda de ese bienestar que alcanzó en su primera travesía, cuando cumplió la promesa que le hizo a su compañero.

 

San Sebastián fue el punto de salida de su segundo desafío en larga distancia, rumbo Capbreton, una distancia de 65 km que recorrió en 20h y 30m. 

 

Nueve meses más tarde, dobla la distancia con la vuelta al Lago Léman. 120 km, 38h en el agua. Un equipo a su alrededor y una preparación intensa. El camino forma parte del desafío… los entrenamientos, la dedicación, la elección del material. En el vídeo documental que realiza sobre la aventura, nos invita a acompañarle mientras profundiza en el desafío físico, en el desafío contra los elementos que supuso pasar tantas horas en el agua. 

 

 

La travesía de Mundaka a Guéthary se estima en unos 90 km de nado, que recorrió en 28h el día 15 de junio de 2024. Un recorrido que le permitió disfrutar en casa, y contar con la asistencia de amigos que lo acompañaron durante todo el recorrido. A diferencia de la travesía del Lago Léman, son los elementos como la corrientes y el agua salada frente a la distancia y el agua fría, los que determinaron la dureza del reto.

 

Por Txomin:

 

“Desde muy joven, soy nadador y socorrista costero. Combinar estas dos pasiones me ha permitido adquirir una gran facilidad acuática en un entorno natural y seguir semanas de entrenamientos exigentes por su intensidad.

 

Me apasiona el deporte, en particular los deportes de resistencia. Cada día, me entreno con rigor para superar mis límites físicos y mentales. Soy una persona decidida. En cada travesía, busco ir más allá de mis propias capacidades, explorar nuevas fronteras y demostrar que la resistencia humana no tiene límites. 

 

Para mí, el agua no es simplemente un elemento, es un terreno de juego que me permite expresar mi fuerza interior. En los momentos difíciles, pienso regularmente en aquellos que sufren mucho más sin haberlo elegido. Tengo la suerte de poder elegir mis desafíos.

 

Las travesías anteriores me han permitido adquirir experiencia y reforzar la confianza del equipo. Sobre todo, he entendido que la seguridad no es algo que se puede pasar por alto. Durante una travesía, me encuentro a kilómetros de la costa, y un accidente no atendido puede ser fatal. Además, he comprendido que la natación es solo una parte de la disciplina. Antes de una travesía, es esencial tener una preparación milimétrica, que incluya una preparación logística paralela a la preparación física y mental. También es importante prever lo mejor posible las condiciones marítimas (viento, período, oleaje, temperatura del agua y corrientes). Un error de previsión, como un desvío causado por la corriente o el oleaje, puede influir directamente en la trayectoria ideal y añadir kilómetros a la travesía.

 

Me apasionan los deportes de resistencia y los valores que transmiten. Dado el terreno de juego que nos rodea, especialmente en el País Vasco, quiero inspirar a la gente a practicarlos, especialmente en la natación. Quiero demostrar que las travesías son accesibles para todos, cada uno a su nivel y a su intensidad.

 

Paralelamente, cuando el equipo esté definitivamente estructurado y las travesías completamente financiadas por empresas, añadiré una causa benéfica a este desafío cuando una asociación me lo permita. Tengo el deseo de ayudar a los niños enfermos y permitirles escapar de su vida cotidiana por un día en el océano.

 

Desde la creación de la Federación Mundial de Natación en Aguas Abiertas, estoy más motivado que nunca para establecer el primer récord mundial de natación de larga distancia en una distancia de 170 km. El intento será durante el mes de julio y el equipo mantendrá la ubicación en secreto mientras dure la preparación.”